Patria de Fernando Aramburu se convirtió en todo un fenómeno editorial desde su publicación en septiembre de 2016, y yo, que desconfío por sistema estos fenómenos, me propuse leerla cuando bajara el soufflé, cuando todo el mundo se olvidara un poco de ella, como suele ocurrir con la mayoría de las novelas. No estoy seguro de que esto haya ha sucedido, sobre todo debido al estreno de la serie (que no he visto), la promoción y la polémica de la portada. Pero no estaba dispuesto a esperar más. El día llegó, y felizmente, porque hace tiempo que no devoraba una novela de más de seiscientas páginas en dos días. Ahora entiendo el éxito de la novela de Fernando Aramburu. Más que merecido. Entiendo que todavía no se haya olvidado.
El tema es bien conocido. Dos familias, amigas íntimas, euskaldunas de toda la vida, nacionalistas ambas, separadas por el conflicto vasco, es decir, por la guerra de ETA contra el Estado español. No obstante, el problema en su origen no es de tipo político, sino económico: un empresario, el Txato, decide no pagar a ETA el impuesto revolucionario. Al tiempo, Joxe Mari, el hijo de su amigo Joxian, se ha echado al monte y se ha metido en ETA convertido en nuevo gudari/terrorista. Uno de los ganchos de Fernando Aramburu en la novela es si fue él quien apretó el gatillo que se llevó por delante la vida de su vecino.
La historia comienza poco después de que una ETA desmadejada deje las armas de manera permanente. Esto lleva a Bittori, la viuda del Txato, a volver al pueblo para enfrentarse con el pasado, ahora sin tanto miedo, para mirar a la cara a sus viejos amigos/enemigos, a la familia del asesino de su marido, para tratar de averiguar detalles, para saber si realmente fue el hijo de Miren quien lo mató en la puerta de su casa una tarde lluviosa. Va al pueblo para que Joxe Mari le pida perdón, desde la lejana cárcel en la que lleva ya diecisiete años perdiendo el pelo. Bittori es la gran protagonista de Patria, la mujer valiente que se atreve a dar el paso.
Este es uno de los mensajes de la novela: la reconciliación y la paz en Euskadi pasan por el reconocimiento del dolor causado a las víctimas por parte de los victimarios y por que estos pidan perdón. Evidentemente, esto no gusta en el mundo abertzale, y algunos están criticando la novela y la serie —artefactos de ficción, por si no se habían enterado— llamándola fascista e idioteces por el estilo. Imagino que ni la han leído, ni lo harán.
Aramburu trata de hacer un retrato más o menos fiel, incluso equidistante, del conflicto. No solo cuenta el inmenso dolor de las víctimas, señaladas y apartadas socialmente, asesinadas y finalmente expulsadas de su pueblo, sino que entra en el mundo de los victimarios recreando cómo un joven entra en ETA y actúa, y cuáles son las consecuencias para él (cárcel con tortura incluida) y su familia. Y ahí aparece su madre, Miren, que se fanatiza al máximo para apoyar a su hijo: todo por la patria—paradojas de la vida, el lema que sus enemigos lucen en sus cuarteles es también su máxima—. La patria es Euskal Herría, la tierra prometida. Todo por la patria, incluso matar a quien le enseñó a montar en bici, convertido en un enemigo de la patria por no pagar el impuesto revolucionario. El Txato es un empresario al que le va bien, y ETA, además de ser independentista, tiene una vena marxista, así que, el Txato, aunque nacionalista (se sobrentiende que del PNV) y euskaldún, es un enemigo de clase. Y esto también se ve reflejado en la novela: hay un invisible rencor de clase entre las dos familias. Amigos desde la infancia, el Txato prosperó montando una empresa de transportes, mientras que el Joxian, pusilánime, no se atrevió a dar el paso y continuó trabajando en la fundición. Los hijos de El Txato, Xavier y Nerea, con estudios universitarios y bien situados. Los hijos del Joxian, sin estudios universitarios: Joxe Mari en ETA y en la cárcel, Arantxa trabaja en una zapatería y Gorka escribe y es locutor de radio.
Los hijos juegan un papel fundamental en la novela. Aramburu cuenta y les hace contar su historia. Cómo viven ahora y cómo vivieron antes y después del atentado del Txato. Entre todos equilibran la novela. Joxe Mari, es el etarra radicalizado, mientras que Arantxa primero, y Gorka después, zafándose de la presión social del entorno, se posicionan en contra del fanatismo violento del hermano y del mundo del nacionalismo radical. La lectura—siempre la lectura— los salva de quedar atrapados en sus redes. Me quedo con Arantxa, a quien la justicia divina le hace pagar, injustamente, por los crímenes de su hermano, el fanatismo de su madre y la cobardía de su padre, que no se atreve a mover un dedo. Xabier y Nerea, hijos de el Txato y Bittori también se equilibran como opuestos. Ella, la hija frívola, se niega a ser la hija de un asesinado por ETA y lo oculta. Quiere seguir viviendo como si nada hubiera pasado. La vida sigue. Él, todo lo contrario, hijo abnegado y siempre pendiente de la madre, el atentado lo ha dejado tocado, triste, solitario e incapacitado para la felicidad. La historia personal de los cinco hijos y de los cuatro padres componen Patria. Los secundarios tampoco desmerecen la novela, sobre todo Don Serapio, el cura del pueblo, partidario de la lucha armada, tipo repelente capaz de decirle a Bittori, la víctima, que no vuelva por el pueblo para no reabrir heridas. Nada menos.
El lenguaje utilizado por Aramburu es certero y fluido, con un narrador en tercera persona que es sustituido constantemente por la voz, interna y externa, de los nueve personajes protagonistas, por lo que el lector está pegadísimo a ellos. Son personajes con voz propia, perfectamente perfilados. La estructura también es dinámica, con ciento veinticinco capítulos cortos en los que no existe una evolución cronológica lineal de los acontecimientos, sino que hay un continuo ir y venir de los distintos personajes desde el presente hacia el pasado y viceversa hasta formar el puzle, un todo verosímil y coherente que atrapa, y de qué manera, desde la primera página.
Nunca es tarde para leer una gran novela como Patria de Fernando Aramburu. Imprescindible.
¡Hola Juan Carlos!
ResponderEliminarestoy de acuerdo totalmente contigo en todo lo que dices sobre Patria. Yo también esperé un poco a leerla cuando salió y todo el mundo hablaba maravillas sobre ella (también desconfío de las que son tan sonadas, aunque a veces tiene sus razones, como en este caso)
Cómo tú dices es imprescindible, una lectura muy interesante. Por cierto aprovecho para recomendarte la serie basada en el libro, que también me gustó mucho
me alegra que lo disfrutaras
Besos
Hola Marian, es verdad, desde el minuto uno le fue bien a "Patria". Fue como la constatación definitiva del fin de ETA, y no me extraña que la leyera tantísima gente y que se siga leyendo. Imagino que la serie le ha dado un nuevo empujón a la novela, y por supuesto la veré, ahora con más ganas. Al revés no quería hacerlo porque creo que me habría fastidiado la lectura.
EliminarBesos.
A veces el soufflé se hincha con razón y lis Best seller lo son justificadamente. A veces el gusto masivo coincide con la calidad y esta es una de esas veces. Poco se puede añadir a lo que tan certeramente cuentas de esta novela. Después de ella he leído más sobre ETA y su mundo y las hay muy buenas (incluso alguna me ha gustado más), pero tan capaces de llegar a casi todos los lectores, ninguna.
ResponderEliminarMe ha encantado recordar la historia de nuevo y te recomiendo ver la serie. Está muy bien.
Un beso.
Es verdad, en este caso se une calidad con el éxito masivo. Y es fantástico que esto ocurra, como con "El infinito en un junco".
EliminarHace un par de años leí "Mejor tu ausencia" de Edurne Portela, y me pareció buenísima, a la altura de "Patria", aunque esta última es la que dejará una imagen más duradera porque fue un boom que llegó a muchísimos lectores.
Veré la serie.
Un beso, Rosa.
Leí Mejor la ausencia y me gustó mucho, pero la que más me ha gustado es El refugio de los canallas de Juan Bas. Fue Premio Dashiell Hammett en 2018. Aborda el tema desde todos los ángulos, incluyendo la guerra sucia. Lo que pasa es que es una novela más difícil, que exige un esfuerzo superior por parte del lector por la forma en que está escrita, pero eso siempre es un aliciente para mí. me encantará saber tu opinión si la lees.
EliminarHola Rosa, acabo de pedirlo y ya que tengo el tema reciente lo quiero a leer pronto. No conocía el título ni al autor. Gracias por la recomendación.
EliminarA ver qué te parece. ¡Qué responsabilidad!
EliminarEstamos hablando de un autor excelente. Creo que esta novela eclipsa injustamente a las demás, que son por lo demás igual de buenas. No obstante, "Patria" nos toca muy cerca, especialmente a aquello que tenemos edad y memoria. Yo también recomiendo la serie.
ResponderEliminarHola Atticus, no conozco nada más de Fernando Aramburu, pero le seguiré la pista porque me ha parecido un escritor enorme.
EliminarCreo que la clave del éxito de "Patria", aparte de su indudable calidad, fue precisamente que mucha gente quería leer sobre un tema, las víctimas de ETA, que hasta entonces era como una especie de tabú en la literatura. Y Fernando Aramburu lo bordó.
Seguiré leyéndolo, y no creo que tarde en ver la serie.
Un abrazo.