Philip Roth es una mina de oro. Estás tiempo buscando el preciado metal entre sus páginas y regresas a casa de vacío. Pero no desfalleces y persistes en la búsqueda, consciente de que algún día aparecerá el tesoro. Llega ese día y la alegría te invade. Al día siguiente transitas por un filón inagotable. El filón de Philip Roth. Para leer al escritor norteamericano se requiere la paciencia del buscador de oro. No abandonar a las primeras de cambio porque la recompensa merece la pena.
La contravida es una obra mayor de Philip Roth. En esta novela podemos disfrutar de su extraordinario genio literario.
La novela está protagonizada por su alter algo Nathan Zuckerman, célebre escritor que conoció el éxito con la publicación de Carnovsky (trasunto de El lamento de Portnoy) , quien narra en primera persona varios episodios de la vida de su hermano y de la suya propia.
La novela se estructura en cinco capítulos. Los tres primeros y el quinto, están narrados por Nathan Zuckerman en primera persona, son parte de su narrativa. El primero, titulado Basilea se desarrolla en el funeral de su hermano Henry, hombre de éxito, casado y con dos hijos que decide operarse del corazón porque la medicina que toma le deja impotente sexualmente y no soporta no poder estar con su amante, Wendy. En el segundo, titulado Judea, Henry no muere tras la operación, sino que decide dejarlo todo para irse a Israel a luchar por la causa judía junto a un grupo de fanáticos de extrema derecha. Nathan visita Israel para intentar convencerlo de que regrese junto a su familia a los Estados Unidos y en ese viaje nos ofrece una inteligente y rica visión sobre la cuestión hebrea. En el tercero, Nathan relata el regreso en un avión, en el que un loco que había conocido frente al Muro de las Lamentaciones intenta secuestrarlo . Estos tres capítulos dan pie a Roth para divagar sobre dos de los temas de más le interesan: el sexo y la religión, motivos que están en el trasfondo de las decisiones humanas.
El cuarto capítulo comienza con Nathan y su relación con Maria (sin tilde) en Londres. Es su vecina de arriba, catorce años más joven, casada y con una hija. Se enamoran “intelectualmente”. Nathan no puede hacer el amor con ella por la medicina que toma para una enfermedad coronaria. En realidad lo que le ocurría a Henry le pasa a él. Es Nathan quien no puede soportarlo y pasa por el quirófano, pero no logra salir con vida. Y ahora viene lo mejor de la novela. Un narrador diferente, que no es Nathan porque está muerto, sigue contándonos lo que ocurre en su entierro. Aquí cambian las tornas respecto al primer capítulo y ahora es Henry quien asiste al entierro de su hermano. No se hablaban desde que Nathan publicó Carnovsky, la novela en la que ridiculizaba a sus padres y a él mismo. Tras el entierro, Henry va a escondidas a la casa de Nathan en busca de sus diarios. Y allí encuentra las notas tituladas Basilea, Judea y En vuelo, es decir encuentra los capítulos que hemos leído en la novela, que en realidad son el producto de la imaginación de Nathan en los que el escritor toma retazos de la realidad para convertirlos en ficción. Así, la infidelidad de Henry fue cierta, pero no su enfermedad y su impotencia. Eso le ocurría a él. Henry roba los capítulos ante el temor de que algún día aparezcan publicados. Entre las notas que encuentra Henry hay unas tituladas Entre cristianos, que se convertirán en el capítulo final de La contravida, con un Nathan que se casa con Maria para vivir felices y comer perdices. O no.
El cuarto capítulo comienza con Nathan y su relación con Maria (sin tilde) en Londres. Es su vecina de arriba, catorce años más joven, casada y con una hija. Se enamoran “intelectualmente”. Nathan no puede hacer el amor con ella por la medicina que toma para una enfermedad coronaria. En realidad lo que le ocurría a Henry le pasa a él. Es Nathan quien no puede soportarlo y pasa por el quirófano, pero no logra salir con vida. Y ahora viene lo mejor de la novela. Un narrador diferente, que no es Nathan porque está muerto, sigue contándonos lo que ocurre en su entierro. Aquí cambian las tornas respecto al primer capítulo y ahora es Henry quien asiste al entierro de su hermano. No se hablaban desde que Nathan publicó Carnovsky, la novela en la que ridiculizaba a sus padres y a él mismo. Tras el entierro, Henry va a escondidas a la casa de Nathan en busca de sus diarios. Y allí encuentra las notas tituladas Basilea, Judea y En vuelo, es decir encuentra los capítulos que hemos leído en la novela, que en realidad son el producto de la imaginación de Nathan en los que el escritor toma retazos de la realidad para convertirlos en ficción. Así, la infidelidad de Henry fue cierta, pero no su enfermedad y su impotencia. Eso le ocurría a él. Henry roba los capítulos ante el temor de que algún día aparezcan publicados. Entre las notas que encuentra Henry hay unas tituladas Entre cristianos, que se convertirán en el capítulo final de La contravida, con un Nathan que se casa con Maria para vivir felices y comer perdices. O no.
El capítulo cuarto es el más jugoso respecto a la escritura y al oficio de escritor. Es el vórtice de la novela, el que da sentido a toda la historia. Es el capítulo que hace de La contravida una novela muy grande.
«Lo que la gente envidia de un novelista no es lo que el novelista considera envidiable, sino las personalidades interpretativas que el autor se permite, la resbaladiza personalidad con que se pone y se quita la propia piel, ese deleitarse no tanto en el “yo” como en la evasión de “yo”, aunque ello implique, o sobre todo cuando ello implica ir echándose padecimientos imaginarios sobre los hombros. Lo que la gente envidia es el don que posee el novelista de convertirse en otro, y no de cualquier manera, sino de un modo espectacular, su capacidad para relajar, haciéndola ambigua, su conexión con la vida real, por la fuerza del talento […] ¿Acaso no es cierto que, al contrario de lo que generalmente se cree, el aspecto más intrigante de la imaginación del escritor es la distancia que existe entre su vida y su novela? (p. 274)
El fragmento resume perfectamente esta extraordinario libro de Philip Roth en el que juega con el lector a tejer y destejer vidas e historias. ¿Cuáles son reales?¿Cuáles son ficción? ¿De dónde proceden?¿Quién las narra?¿Qué distancia hay entre la vida del escritor y su novela?
«Pero a ti la tranquilidad te inquieta, Nathan, sobre todo en la escritura: para ti es arte de mala calidad, demasiado cómodo para el lector y, ciertamente para ti. Lo último que quieres es hacer felices a los lectores, con textos acogedores y sin conflictos, donde los deseos se cumplan con toda sencillez» (p.405)
Philip Roth, una mina de oro.
Traducción de Ramón Buenaventura
Bob Dylan. A hard rain´s a-gonna fall
Maravilloso Philip Roth. He leído trece de sus novelas Entre ellas la trilogía titulada "Zuckerman encadenado". Como dices es un filón de oro, pero a mí no me cuesta dar con él. En cuanto empiezo una novela allí lo tengo, nada más escarbar un poquito con las uñas desnudas. Tan solo se me ha resisitido una obra suya que abandoné. Se trata de "Nuestra pandilla". No supe hacerme con ella.
ResponderEliminarCasualmente, "La contravida" aunque está en mi lista, aún no la he leído. Gracias por recordarme a este genio. la verdad es que su obra es tan extensa que me queda mucho por leer.
Un beso.
A mí me costó cogerle el punto. Y varias veces. Por ejemplo, de Zuckerman encadenado leí la primera que es “La visita al maestro” y me encantó, pero en la segunda me quedé empantanado y lo dejé. Por supuesto, volveré a por él. Algo parecido me pasó con “Pastoral americana”, sin embargo “La conjura contra América” me pareció una obra maestra. En fin, cuando empiezo a leer a Roth tengo que estar en su onda y no demorar la lectura para no desinflarme. No descubro América diciendo que es un genio. Pero yo tengo que ir despacio con él.
EliminarEstoy seguro de que disfrutarás con “La contravida”.
Un abrazo.
No sólo la historia y los personajes son fascinantes, sino también su estilo, casi sin ornamentos pero copiosa en detalles.
ResponderEliminarRoth se mantuvo incólume en el centro del ring casi hasta su final. Digo yo, ¿Por qué los mandarines de Estocolmo no lo recompensaron con el Nobel de Literatura?
Buena reseña, y genial elección musical.
Es cierto, tiene una prosa muy afinada. Era un escritor inteligentísimo que sabía enfrentar a sus personajes y profundizar como nadie. Todavía me queda mucho Philip Roth que leer.
EliminarYo tampoco entiendo a los mandarines de Estocolmo. Cuando se lo dieron a Dylan (ver para creer) estaba claro que Roth se quedaba sin el Nobel.
Un abrazo.
Hola
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu reseña por que devela en pocas palabras que hay un universo literario inagotable en Roth, yo estoy leyendo su ensayo "Por qué escribir" para poder comprender mejor su literatura, gracias por compartir, me quedaré por aquí.
Un abrazo.
El libro que estás leyendo lo tengo en el punto de mira. Aunque no soy escritor, me interesa muchísimo el proceso de creación de una novela y las motivaciones que hay detrás. Seguro que un escritor tan inmenso como Roth tiene mucho que contar al respecto. Ya en sus novelas lo suele hacer. En “La visita al maestro” o en la propia “La contravida” la escritura como proceso creativo está muy presente.
EliminarGracias por pasar y quedarte.
Abrazo de vuelta.