miércoles, 1 de abril de 2020

"Lectura fácil", de Cristina Morales



Lectura fácil es un libro protagonizado por cuatro mujeres con discapacidad intelectual en diferente grado que viven juntas en un piso tutelado de Barcelona. Cristina Morales les da voz y todo lo que vemos es el mundo a través de su mirada. No hay un enfoque hacia ellas, sino desde ellas. Ellas son el sujeto que analiza la sociedad en la que les ha tocado vivir. Y lo hacen con una lucidez que nos deja noqueados sobre el ring porque Lectura fácil es un gancho brutal a la mandíbula de la España moderna, democrática y europea, a su estado asistencial, a sus instituciones, a sus políticos y a la moral de sus biempensantes ciudadanos, del primero al último. Nada ni nadie se escapa. Es una novela crítica y autocrítica que destila un sutil humor "mendociano" al estilo La verdad sobre el caso Savolta, novela a la que en cierto modo me ha recordado. La única defensa de Lectura fácil, si es que la hay, es la de la libertad y la autonomía de las personas con discapacidad.

Cristina Morales estructura la novela a partir de cuatro formas narrativas que en gran medida se corresponden con cada una de las protagonistas. Estos cuatro enfoques buscan contrastes entre lo objetivo y lo subjetivo, entre la complejidad y la sencillez, entre lo individual y lo colectivo, entre lo institucional y lo social, entre el sistema y el antisistema, entre la realidad y el deseo.
Las cuatro protagonistas son Nati, Marga, Patricia y Angeles. Son primas y hermanas, y llegan a Barcelona procedentes del pueblo ficticio de Arcuelamora tras escapar del centro en el que estaban internadas.

Nati lleva el peso de la novela. Es la que proporciona el tono, la crítica y el discurso ideológico. Representa la subjetividad y narra la historia en primera persona con un lenguaje intelectual y callejero, porque Nati tiene el ficticio síndrome de las compuertas que no es otra cosa que un estado de lucidez permanente que la autora utiliza para desnudarnos a todos. Nati representa la focalización interna de la novela. Es bailarina, y fue discapacitada por el Estado tras una crisis que sufrió al terminar la universidad. Nati defiende la libertad y utiliza el baile como metáfora. Es feminista y anarquista, aunque el feminismo y el anarquismo no escapan de su inteligente y corrosiva mirada. Y desde ese enfoque critica la hipocresía de la moral establecida, a los bienintencionados progresistas que tratan de ayudar, al sistema patriarcal que todo lo impregna, o al sistema neoliberal que todo lo corrompe. Ése es el síndrome de las compuertas. Nati no puede callarse. No se controla y su voz es un torrente que todo lo arrasa. Esa es su discapacidad. Es peligrosa para la sociedad, “una guerrillera bastardista” que escribe fanzines antisistema (se incluye en el libro). Mejor tenerla controlada y atontada con medicación.

«Si el abusón no reculaba, si se ponía chulo y el muy tonto se hacía el listo, entonces el grupo lo acorralaba verbalmente, con lo que él acababa gritando por encima de la voz de todos y empezaba a insultar. Se le invitaba entonces a abandonar el ateneo, invitación que por supuesto no aceptaba pronunciando las palabras mágicas: sois unos fascistas. ¡Me quedé loca!¡Estaba ocurriendo también allí! [se refiere a una asamblea anarquista]¡Resulta que los hacen en serie y todos los fascistas llaman fascistas a quienes les plantan cara! Es la ley facha-macha: para el facha, tolerar significa que el otro se ponga de su lado. El macho-facho no admite la alteridad salvo que le sea sumisa, como poco, cómplice, o, cuando menos, silenciosa, y mucho mejor si la alteridad está muerta.» (p.75).


Marga es el personaje en torno al cual gira la acción de la novela. Ella es la que se decide a vivir de manera independiente fuera del piso tutelado, para lo que deberá saltarse las normas de unas instituciones que se lo impiden. La única opción que tiene es recurrir a la Asamblea Libertaria de Sants para que le ayuden a okupar un piso abandonado. Las actas de las reuniones de este grupo anarquista forman el segundo enfoque narrativo. Cristina Morales utiliza la focalización externa y aquí vemos a Marga (Gary Garay) y a veces a Nati (Nata Napalm) debatir en torno a multitud de temas con los participantes que se esconden tras los pseudónimos de diferentes ciudades, probablemente su lugar de origen (Murcia, Jaén, Coruña, Oviedo, Palma, Tánger…). Leemos las actas en forma de diálogo y en ellas la autora nos muestra la candidez pueril y el sinsentido de algunos de los debates de la asamblea que se pierden en divagaciones estériles, pero también nos enseña debates interesantes que el resto de la sociedad no se plantea, y sobre todo la solidaridad sin fisuras del grupo con personas como Marga.

«Jaén: Yo tampoco diría eso, Murcia. Yo creo que Gari lo tiene muy claro. Yo creo que ella prevé la represión, no es algo desconocido para ella. Ha sufrido la represión muchas veces a lo largo de su vida en las residencias para discapacitados, tanto dentro por parte de los cuidadores como fuera por parte de la policía aliada con sus cuidadores. Tiene 37 años y desde los 18 que la internaron por primera vez en una residencia ha desarrollado estrategias de resistencia. Ella no lo llama así, pero por sus palabras así lo entiendo yo. Gari no gritará la consigna de “Un desalojo, otra ocupación”, pero en realidad es lo que lleva haciendo toda la vida. Le quitan un espacio de libertad y ella espera el momento preciso para conquistar otro. Es lo mismo que hacemos nosotros.» (p358).

La tercera forma narrativa la representa Patricia, cuya voz escuchamos en las declaraciones recogidas en un juzgado de Barcelona que tiene que decidir sobre la esterilización forzada de Marga. A través de las preguntas de la jueza y las respuestas de Patricia observamos la vida de las cuatro primas en el piso tutelado de Barcelona. Por el juzgado también pasarán Nati, Marga y Ángeles aunque sus intervenciones son más escuetas, sobre todo la de Marga. Esta forma narrativa representa la ley, la institución, el estado asistencial paternalista que debe decidir qué es lo mejor para ellas, que debe incluso decidir sobre su maternidad. Esta forma también la leemos desde fuera pues se trata también de unas actas, en este caso las del juzgado, que contrastan con las de la asamblea anarquista en cuanto al tono y al lenguaje. Las primeras son dinámicas, libres, subversivas, alegres en ocasiones. Las segundas aparecen como un bloque frío e implacable como las tablas de la ley a pesar de los intentos de la jueza por parecer cercana y empática.

«¿Me está diciendo que no es su ilustrísima la que lleva el tema del piso tutelado?
(La señora juez responde afirmativamente.)
¿Qué sí lo lleva o que sí que no lo lleva?
(La señora jueza responde que no lleva ese tema)
Pues bueno, si usted no lo lleva, ¿no podría su excelentísima excelencia hacer el favor de decírselo a la excelencia que lo lleve? Si se lo dice usted, que es jueza, a otro juez, no habrá mezcla de poderes de esa que su ilustrísima dice, ¿no?
(La señora jueza lamenta no poder ayudar a la declarante en este asunto y le pregunta si tiene algo más que añadir a su declaración, porque ya sí deben acabar.)
(Sollozos de la declarante. La señora jueza le pide que se calme, le ofrece más agua y la declarante acepta).» (p.329)

El lienzo lo completa Ángeles que representa la cuarta forma narrativa. Aquí regresamos a la subjetividad, al interior del personaje a través de una novela que está escribiendo en forma de memorias en la que nos cuenta la historia de las cuatro desde el principio, de la vida en el pueblo, de cuando fueron declaradas discapacitadas e internadas en un centro, de cómo se vivía en el centro y de cómo todos se aprovecharon de ellas, desde sus familiares, hasta el propio centro, de cómo lograron salir y establecerse en un piso tuteado de Barcelona. Esta parte está narrada con el llamado método de Lectura fácil que es la forma utilizada para la comprensión de las personas con discapacidad intelectual. Es por tanto un lenguaje sencillo, directo y sin florituras, que todo lo explica, pero al mismo tiempo es un lenguaje crítico que deja la realidad a desnudo para poner de relieve lo evidente. Esta parte contrasta con el discurso político y complejo de Nati, pero al mismo tiempo lo complementa, o más bien es al revés, el pensamiento de Nati complementa la novela de Ángeles.

«Si una persona tan lista como una jueza
no sabe lo que es la Lectura Fácil,
es porque hay que regenerar la Lectura Fácil.
Debe ser atractiva y útil para todos, no solo para el 30% de personas
que tienen dificultades lectoras
o que se han visto privadas del placer de la lectura.
La Lectura Fácil debe llegar a la población general,
a la mayoría de la población
y a toda la ciudadanía.
La ciudadanía es todo el mundo,
no solo los que viven en ciudades,
también los que viven en pueblos, incluso en aldeas,
o solos en la mitad del monte.
Las novelas, las leyes, los contratos,
las multas, las sentencias,
la factura de la luz, del agua y del gas,
los papeles del banco, del ayuntamiento
y de cualquier sitio donde haya políticos
o de cualquier sitio donde haya empresas
tienen que escribirse en Lectura Fácil.» (p.415)

Cristina Morales ha sido un grandísimo descubrimiento. 
Lectura fácil se llevó el año pasado el Premio Herralde y el Premio Nacional de Narrativa. Pocos son. 
Como diría Bolaño, el futuro de la literatura está en sus manos.



                                         
                                                      Los planetas. Islamabad


Muy recomendable:
Programa La Milana Bonita dedicado a Lectura fácil con entrevista a Cristina Morales.
https://lamilanabonita.com/2020/04/12/lectura-facil-cristina-morales-analisis/

6 comentarios:

  1. Se me había escapado el Premio Nacional de Narrativa del año pasado, y tampoco conocía esta novela. En realidad, no he leído nada de la autora a la que sí conozco de nombre.
    Tomo nota de esta novela que me parece original, interesante y muy necesaria para ver este país y esta sociedad con otros ojos.
    Un beso.

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    1. Yo tampoco la conocía hasta que se llevó el Premio Herralde que es uno de esos premios que suelo seguir porque Anagrama es la editorial que más leo y que más gratas sorpresas me ha dado. Y esta vez no ha sido diferente. Me ha parecido un libro muy potente, que no sirve para evadirse sino todo lo contrario, para ponernos enfrente de un espejo como sociedad. Y de mucho nivel literario. Comparable a "En la orilla" de Chirbes. El Premio Nacional de Narrativa ha sido el merecido broche (a pesar de las críticas extra-literarias)
      Seguro que lo disfrutas.
      Un abrazo.

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  2. Bastante joven la autora, qué interesante la profundidad con la que analiza tantas cosas y una ironía que el título sea, a la misma vez, lectura fácil. Si no es por tu reseña, a mí jamás me habría interesado y más viendo que la portada n o dice nada.

    Muy apropiado el refrán que dice que no se debe juzgar un libro por su portada. Aunque me duele un poquillo lo del futbol, le daría una oportunidad. Bien podría aplicarse, según los extractos que presentas en tu reseña, que aplica a más de una sociedad. No solo la Española.

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    1. Es verdad, la portada es bastante horrible, aunque forma parte del argumento de la novela. Si querían llamar la atención con la portada, lo han logrado, pero en detrimento del título. Para tu tranquilidad te diré que la palabra fútbol no aparece ni una sola vez en la novela.
      Es una autora joven y por lo que parece, como mucho futuro. Para no perderle la pista.
      "Lectura fácil" es una gran novela, lo más alejada que te puedas imaginar de un bestseller, de manera si lo que quieres es desconectar un rato, mejor buscar otra cosa. Ahora, si te apetece adrenalina y algo nuevo, te diré que engancha. Te puedo decir que hasta me quitó el sueño.

      Espero que las cosas están mejor en Panamá que por aquí.
      Un abrazo Fany.

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  3. Rescato esta novela después de leerte, Juan Carlos, porque conozco a Cristina Morales por entrevistas y declaraciones suyas y bueno, como se suele decir: una de cal y otra de arena. Aunque admito que el enfoque incendiario de "Lectura fácil" me atrajo al principio. Tiene pinta de ser una de esas novelas que acaban siendo representativas de una generación. Merece por tanto una oportunidad.
    Un abrazo.

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    1. Lo de las declaraciones imagino a qué te refieres. En la novela me fijé que Nati, una de las protagonistas, dice exactamente lo mismo que la autora dijo, metiéndose en un jardín del que era muy difícil salir. Si buscaba titulares lo logró, pero no sé si fue más el perjuicio que el beneficio. Tengo la sensación de que se metió demasiado en el papel de Nati.
      Como bien dices es una novela incendiaria, una bomba que está reñida con la mojigatería. Te gustará seguro.

      Ánimo y fuerza para Tomelloso!
      Un abrazo!

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