martes, 27 de agosto de 2019

Lecturas de arena




Había pensado en unos cuantos títulos para leer durante las vacaciones, pero no he leído ninguno de ellos. Esto no quiere decir que no haya leído nada, todo lo contrario. He leído más de lo esperado, pero sin orden ni concierto. Al azar han ido cayendo en mis manos una serie de libros que son los que se han llenado de arena. Seis en total. A saber: El hereje de Miguel Delibes, Cabo de Gata de Eugen Ruge, Un millón de pasos de Daniel Zaragoza, La biblioteca de los libros rechazados de David Foenkinos, Esperando a Godot de Samuel Beckett y Más allá del olvido de Patrick Modiano. A Delibes, Becket y Modiano los puse en la maleta. A Ruge, Zaragoza y Foenkinos los encontré por el camino.

Tenía muchas ganas de leer El hereje y he disfrutado muchísimo con Delibes y la historia de Cipriano Salcedo y sus reuniones clandestinas para comentar la obra de Erasmo y de Lutero. Becket me ha dejado tocado con el misterioso Godot que sigue rondado por mi cabeza. Modiano no me ha sorprendido porque continúa con su monotema: el recuerdo y la nostalgia con París y sus cafeterías como centro del universo. Más de lo mismo con el mismo estilo, pero sin llegar, ni mucho menos, al nivel de En el café de la juventud perdida o a Dora Bruder.
El libro de Eugen Ruge lo compré, por extraño que parezca, en una tienda de buceo. El título es un trampa. Pensaba encontrarme con el paraíso que es el Cabo de Gata y me encuentro con un personaje hosco al que lo mejor que le ocurre durante tres meses es encariñarse de una gata callejera. Dudo de que quien lea el libro se acerque a visitar Cabo de Gata, cosa que se agradece. En cierto modo la novela de Ruge tiene mucho de Samuel Beckett. El protagonista sale cada mañana de la casa en la que se aloja para sentarse en un banco frente al mar para esperar a su Godot, como hacen Vladimir y Estragón, esperar día tras día, noche tras noche. No sabemos quién es Godot, ni para qué lo esperan, ni por qué siguen esperándolo aunque nunca aparezca. Ni siquiera ellos lo saben. Pero esperan. Igual que el aprendiz de escritor alemán atrapado en Cabo de Gata.
El libro de Daniel Zaragoza llegó de manera totalmente inesperada. En la misma playa apareció el autor vendiendo sus libros. Iba de sobrilla en sombrilla explicando su vida y su obra. Hace años que dejó su vida sedentaria y comenzó a viajar y a escribir. Y ahí sigue. Los protagonistas de Un millón de pasos no esperan a su Godot, sino que lo buscan en el Camino de Santiago. Algunos lo encuentran, o al menos, eso creen ellos. Daniel Zaragoza no escribe como Delibes, pero tiene mérito.
La última gran sorpresa la encontré en la Librería Cabo de Gata. Llevo años viajando allí y siempre he echado en falta una librería. Hace unos meses una pareja de insensatos se atrevió a abrir una en Pujaire. Es la única del parque y la visita merece la pena. De allí salí con el libro de David Foenkinos, un autor francés que desconocía y que me ha sorprendido gratamente. La librería de los libros rechazados es una especie de comedia romántica con misterio incluido que recuerda a Amelie. El autor escribe bien y conoce el oficio y lo entresijos del mundillo literario.

Terminan las vacaciones.
Los libros regresan con ingentes cantidades de arena entre sus páginas.
Seguiremos esperando a Godot con un libro entre las manos.


                                              Los Evangelistas. En Un sueño viniste.


12 comentarios:

  1. Bonitas fotografías. Me alegra que hayan puesto la librería que tanto deseabas, eso siempre hace mejor a un poblado. Me quedo con la última recomendación del escritor francés.

    La verdad es que no había escuchado ninguno de estos libros, asi que mal podría yo opinar al respecto, sin embargo, lo que te pasa con Modiano lo he visto en otros escritores. Por eso dejé de leer Coelho, era la misma cosa con diferente título.
    Concuerdo con que ha leído bastante, seis libros es el triple de lo que yo leo por mes.

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    1. El libro de Foenkinos es muy divertido. Se lee en dos tardes porque es ágil y entretenido. Cuenta la historia de un bibliotecario al que se le ocurre hacer una sección en la biblioteca del pueblo con los manuscritos de novelas que han sido rechazadas por las editoriales. Una tarde, una editora y su marido, que es escritor, descubren allí una gran novela, pero resulta que el autor ya ha fallecido. Ahí comienza el enredo y la intriga.

      No suelo leer tanto, ni mucho menos. Lo de los seis libros se debe a que, excepto "El hereje", no pasan de 200 páginas. Lo cierto es que cada vez me da más pereza leer mamotretos sin garantía.
      Un abrazo.

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  2. De estos libros he leído El hereje hace años y me gustó bastante, coincido en el aprecio de esta novela. Sin embargo, quería hablar de Esperando a Godot. Lo leí cuando estaba en la universidad a los diecinueve años. Un día llegué a una biblioteca pública y no sabía qué leer. Me puse a mirar y no sé por qué salió esta obra de teatro de la que no sabía absolutamente nada, ni de su autor. Leí algo de la contraportada y me puse a leerla durante dos o tres horas que me duró y estuve absolutamente fascinado a un nivel que raramente he estado en mi vida con otras obras literarias. Estaba cautivado, todo era absurdo pero tremendamente divertido. Cuando llegué al segundo acto y todo se repetía de nuevo, me quedé estupefacto y maravillado. Estoy hablando de 1975 cuando la leí y todavía no he olvidado esa lectura en plena inocencia, despojada de cualquier carga cultural. Pienso que entonces estaba más próxima a la fecha de su escritura, hacia 1953, y podía comprenderse más el sentido o no sentido de esta obra. Ahora en esta época tecnológica no sé si esta obra puede causar tanto impacto como en su tiempo o cuando la leí yo. El mundo ha cambiado y el universo de Beckett ya no sé si puede ser retenido del mismo modo. Tal vez sí. Yo he leído otras veces esta obra y no he vuelto a tener el choque primero que fue demoledor. Ahora ya sé qué va a pasar y no me sorprende tanto. Evita cualquier interpretación trascendente de la obra, Godot no es Dios como se quiso interpretar en algún tiempo. Mejor dejarlo en el misterio, yo no necesité interpretarla, solo la viví de un modo absolutamente increíble. Es muy divertida, aunque lo que sobresalga sea el sinsentido, la ausencia de significado y el grado cero de la comunicación. Hablamos simplemente para pasar el rato, no tenemos otra cosa que hacer. Como yo esta noche. Saludos.

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    1. Hace mucho tiempo que quería leer "Esperando a Godot". Me suele pasar con las obras maestras. A veces tengo reparo en leerlas por si no cumplen con las expectativas que me había creado. La obra de Beckett las ha superado con creces. Lo primero que pensé al terminar el libro es que Godot es un misterio, el sentido de la vida, o mejor dicho, el sinsentido. El diálogo de sordos entre Vladimir y Estragón forma parte del absurdo de la existencia. También se me pasó por la cabeza la interpretación de que Godot simboliza a Dios, un Dios que en el que los personajes depositan su esperanza pero que nunca aparece. Hay momentos cómicos que parecen sacados de una película de los hermanos Marx. Me sorprende que una obra escrita hace casi setenta años siga plenamente vigente, pero imagino que eso es lo que las convierte en un clásico. No tardaré en hacer una relectura porque sigo con ella en la cabeza.
      Puedo imaginar el choque que tuviste con aquella primera lectura. El mío no ha sido tan fuerte porque ya sabía bastante de la obra, aunque puedo decir que me ha zarandeado bien.
      Un abrazo.

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  3. De Foenkinos leí "La delicadeza" y no me gustó. Tal vez por eso de que se parece Amelie que es una película que no me gusta nada y me resulta muy ñoña.
    El hereje lo leí... hace una pila inmensa de años. Espera que lo miro... 1997. Pensé que eran más.
    Nunca conseguí leer "Esperando a Godot". Quizás lo intenté demasiado joven. me gusta eso de que esperen a alguien sin saber porqué ni quién es.
    De Modiano he leído "Accidente nocturno" y "Más allá del olvido". Veo que tengo que leer los dos que mencionas.
    De los otros dos, como es lógico, no sabía nada, pero tampoco me atraen demasiado.
    Yo casi siempre leo sin orden. Además me gusta variar de géneros, nacionalidades, etc, por lo que hay mucha anarquía en mis lecturas.
    Un beso.

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    1. EL libro de Foenkinos me gustó porque gira en torno al mundo de los libros. Los personajes son una editora, un escritor, un crítico literario, una bibliotecaria y un supuesto bartleby ya fallecido. Suficiente para que me hiciera con él. Entretenido.
      "Esperando a Godot" ha sido la gran sorpresa. Aquí no hay ñoñería, y hasta te echas unas risas, aunque te deja el cerebro del revés, cosa de lo más saludable.
      Modiano me gusta pero este me ha parecido un libro con poca sustancia comparado con los otros que he leído.
      Respecto a la anarquía en las lecturas ya lo ves. Precisamente eso es lo que más me gusta. Intento planificarlas pero ya se sabe que los planes están para no cumplirlos.
      Un abrazo.

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  4. Me gusta el concepto: "lecturas de arena" me recuerda al libro de Borges.

    De los que comentas leí hace tiempo el excelente "El hereje", de Delibes. Magnífico, emotivo, humanista. Tamibén he leído "Esperando a Godot", demasiado joven, me lo recomendó una medio novia que entendía menos aún que yo. Debería revisarlo ahora que no soy joven ni tengo una medio novia que entienda menos que yo.

    Mucha gente me habla de Modiano. Leí un libro suyo (no recuerdo el título) que me dejó frío. Pero es posible que siga sin entender nada o que haya elegido mal libro para comenzar.

    Saludos (ay) de septiembre.

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    1. Modiano no es que sea la alegría de la huerta. Pero tiene un algo, sobre todo en la parte final de sus novelas porque es cuando da la sensación de que todo encaja y de que la lectura ha merecido la pena. A mi me gustó "Dora Bruder" y "En el café de la juventud perdida". Con la historia de la medio novia y Godot, Modiano te monta una trama. De eso van sus novelas, al menos las que he leído, de sus amores de juventud, de sus paseos y sus lecturas, siempre con cierto tono nostálgico.
      Por supuesto, "El hereje" me ha encantado. Delibes, sin Nobel, le da cien vueltas a Modiano, con Nobel. Uno no se cansa de leer a Delibes. Y a Modiano sí.

      Un abrazo (puff) de septiembre.

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  5. He leído de los que muestras "El hereje", Delibes es grandísimo escritor. He leído otras obras de David Foenkinos, Samuel Beckett y Patrick Modiano, los tres son autores a seguir por su calidad. No conozco a los otros escritores, curioso lo que explicas de Daniel Zaragoza.

    No me gusta nada que se meta arena en los libros salvo metafóricamente ;)

    Saludos!!

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    1. Lo de Daniel Zaragoza da para varias novelas. Precisamente su vida de aventurero es lo que luego traslada a la ficción. Tiene varios libros, todos autoeditados en Círculo Rojo, que luego vende personalmente. No son de gran calidad literaria pero tiene mucho mérito que dejara su vida más o menos convencional para convertirse en viajero y en escritor. Hace falta tener las ideas muy claras y una voluntad de hierro.
      Yo antes luchaba contra los elementos en las lecturas de playa, pero finalmente me rendí. Ya me da igual que los libros se mojen, se doren al sol o se llenen de arena, aunque los más aprecio se quedan en casa, claro.
      Un saludo.

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  6. Buena selección de lecturas veraniega, la mía ha sido similar en variedad y riesgo. A Foenkinos no lo conozco, pinta bien. La historia de Daniel Zaragoza vendiendo su libro en la playa da como mínimo para un buen relato. Y qué te voy a decir del Cabo de Gata, todos los años rondo sus inmediaciones, me encanta. Debe ser un sitio que atrae a los lectores...
    Un abrazo.

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    1. Las selección no hay por dónde cogerla, pero se agradece el detalle. Foenkinos ha sido un buen descubrimiento. Ruge no tanto. Y Zaragoza es un tipo interesante.
      En el Cabo de Gata se lee bastante, sobre todo cuando hay viento, que es la mayor parte del tiempo. Si vas por allí, échale un vistazo a la librería de Pujaire. Tiene una visita.
      Lástima que se acabe tan pronto el verano. Parece que hace una década, de hecho esta entrada está caduca.
      Un abrazo.

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