Doctor Pasavento de Enrique
Vila-Matas es todo un homenaje a la literatura, un libro en el que el
lector se da un baño de letras metiéndose en la piel de un escritor italiano de
cierto éxito afincado en Barcelona que, cuando viaja a Sevilla para dar una
conferencia sobre “realidad y ficción”
junto a Bernardo Atxaga, elige
desaparecer, quitarse de la circulación, como en su momento hiciera Agatha Christie, que desapareció once
días durante los cuales todo el mundo la anduvo buscando.
El escritor italiano se
transforma en el doctor Pasavento y se marcha a Nápoles sin dar explicaciones y
sin decírselo a nadie. Una vez allí, se encierra en la habitación de un hotel
para leer, reflexionar y escribir sobre “la
soledad, la locura, la libertad. Y también la impostura, la idea de viajar y
perder países, la muerte, la desaparición, el abismo. Y la bella infelicidad”.
Este encierro lo rompe con paseos por las bulliciosas calles de Nápoles, “ y empecé a parecerme a esos vagabundos
que patean varias veces al día toda una ciudad entera y van describiendo, con
sus errantes pasos círculos concéntricos alrededor de sí mismos `[…] Lo que en realidad
hacemos cuando caminamos por una ciudad es pensar”.
En realidad, lo que está
haciendo el doctor Pasavento es imitar a Robert
Walser, un escritor suizo de principios del siglo XX que fue autor de
grandes obras como Jacob von Gunten o Los hermanos Tanner, muy admiradas
por Franz Kafka o Walter Benjamin.
Robert Walser dejó escrito:
“Si alguna vez una mano, una oportunidad, una ola
me levantase, y me llevase hacia lo alto, allí donde impera el poder y el
prestigio, haría pedazo las circunstancias que me hubieran llevado hasta allí,
y me arrojaría yo mismo hacia abajo, hacia las ínfimas e insignificantes
tinieblas. Sólo en las regiones inferiores consigo respirar”.
Eso es lo que pretende
hacer el protagonista de la novela de Vila-Matas, respirar en las regiones
inferiores.
“Día tras día, no dejo de corroborar estas
intuiciones de la misma forma que también confirmo una vez más que cuando se
está solo mucho tiempo, cuando se ha acostumbrado uno a estar solo, cuando se
ha adiestrado a estar uno solo con su Soledad, se descubren cada vez más cosas
por todas partes, donde para los demás no hay nada”.
Eso es la novela, eso es Doctor Pasavento, una obra que habla
de la vida a través de la literatura, un original viaje hacia la nada en el que
el protagonista siempre está acompañado en su Soledad por escritores como Sebald, Cervantes, Sterne, Svevo, Saint-Exupéry, la hermanas
Brönte, Kafka, Pynchon, Salinger, Banville y
otros muchos, pero sobre todo, siempre le acompaña Robert Walser, pues en realidad, la novela es una especie de
biografía encubierta del escritor suizo.
Leer Doctor Pasavento es descubrir muchas de esas cosas que los demás
no ven. Es pues, una novela de descubrimiento, un hilo de oro que, una vez
encontrado, no puedes dejar de de seguir, incluso cuando has terminado su lectura.
Y es lo que hice, y lo
que intento hacer, seguir el hilo de oro.
Imprescindible, Doctor Pasavento.
Imprescindible, Enrique Vila-Matas.
Tu interesante reseña sobre "Dr. Pasavento" de Vilá-Matas me ha hecho recordar la lectura de esta novela que como casi todas las que he leído de este autor me parece una literatura excelente de un estilo nada común entre nosotros.
ResponderEliminarLeyendo tu reseña me topo con el nombre del escritor Robert Walser, escritor maldito en vida que actualmente se ha convertido en autor de culto. Vargas Llosa lo cita como lectura imprescindible en cuantas entrevistas le hacen, Rosa Montero en "La loca de la casa" le dedica un buen puñado de páginas, la novel y jovencísima Gabriela Ybarra en su novela "El Comensal" habla de uno de sus títulos: "El paseo", e incluso, hasta la mismísima reina Leticia en su deambular por la Feria del Libro de Madrid -dicen las crónicas- adquirió, entre otros, algún título de Robert Walser. Es evidente que el escritor suizo, ignorado en su tiempo, se ha convertido en prototipo intemporal de los Bartleby y personificación de la soledad e invisibilidad que le suceden al Dr. Pasavento entre otros.
Vilá-Matas me gusta porque su lectura es siempre un constante aprender y aprender.
Muchas gracias por tu reseña, Juan Carlos. Me has hecho recordar cosas que tenía allá en lo profundo de mi memoria.
Un fuerte abrazo