Tras varios intentos de sintetizar la conferencia de
Fernando Castro Flórez me doy por vencido. La suya es una de esas conferencias
a las que hay que ir. Apunta Miguel Ángel Hernández en su blog "No (ha) lugar",
que Castro Flórez llevaba preparadas 72 páginas escritas y 215 imágenes, de
modo que no es de extrañar que la conferencia durase dos horas largas, que se me fueron en un abrir y cerrar de ojos. En
ningún momento tuve la sensación de que bajara el nivel de intensidad, en un
torrente de palabras que abarcó la obra de Enrique Vila-Matas desde diferentes lugares:
los viajes, el cine, la filosofía, el arte y por supuesto, la literatura. La
conferencia fue tan intensa que tan solo pude tomar algunas notas mal tomadas y hacer algunas fotografías mal hechas.
Ante la imposibilidad de darle forma a esta conferencia (imprescindible
para cualquier vilamatiano que se
precie), voy a transcribir esas notas mal tomadas que no se acercan, ni de
lejos, a lo que allí se dijo. A esas notas voy a añadir algunas de esas fotografías que pude hacer, en las que aparecen algunas de
las imágenes con las que el ponente ilustró la charla.
Fernando Castro Flórez, filósofo y crítico de arte, profesor
de Teoría del Arte en la Universidad Autónoma de Madrid, comienza la
conferencia titulada “A Murcia se va por ir [Cosas que aprendí de Chet Baker
gracias a Vila-Matas]”. Habla de El mal
de Montano, su obra favorita (también la mía), pues de ahí sale el título
de la conferencia (“A Pico de va por ir”); habla de la obsesión de Vila-Matas
por las conferencias dentro (y fuera) de su obra; de Roland Barthes y su ensayo ¿Por
dónde empezar?; de Viaggio in Italia (en España se tituló Te querré
siempre) de Roberto Rosellini, que le enseñó a Vila Matas a que podía empezar
por cualquier parte. Habla Castro Flórez de El Halcón Maltés como ejemplo de
Mcguffin (elemento de suspenso que hace que los personajes avancen en la trama,
pero que no tiene mayor relevancia en la trama en sí); de la primera vez que Vila-Matas habló en
público, en una proyección-coloquio de la adaptación cinematográfica que hizo Orson Welles de El proceso de Kafka ( “este
coloquio debe de terminar”). Habla sobre
los viajes a las Azores, lugar recurrente en la obra de Vila Matas, (y del Peter's bar) ; de Theodor Adorno para quien el arte es un mensaje en una botella; de El conformista de Bertolucci y de que el escritor ha de ser un inconformista;
de Walter Benjamin y su influencia en la literatura portátil de Vila-Matas.
Habla sobre el escritor maldito que quería ser Vila Matas, y de que su sueño se cumplió un día
en París, cuando lo confundieron con el
terrorista Carlos “El Chacal” y lo llevaron a la comisaría; de las Cartas de guerra de Jaques Vaché, obra primordial para Vila-Matas; del Shandy y el arte de la
insolencia, de Laurence Sterne y Vida y
opiniones de Tristram Shandy, obra cumbre de la literatura para Vila- Matas; de
Julien Gracq y El mar de las Sirtes; de las Crónicas de Bustos Domecq de
Borges y Bioy Casares. Habla de la relación entre la artista Sophie Calle y
Vila-Matas y del relato "Porque ella no me lo pidió”, recogido en Exploradores
del abismo (al día siguiente el propio Vila- Matas hablaría de este asunto en su
conferencia), de Las vidas imaginarias de Marcel Schwob; de Godard, que lo
era todo para todos en los años 60, de Vargas Llosa y su crítica a la
vanguardia (“gracias a Vila-Matas ya no abro un libro suyo”). Habla de Chet
Baker, incluso silba (y lo hace bien) un tema suyo.
Habla de todo esto y de mil cosas más, en una conferencia que
es como tomar una cápsula concentrada de la literatura de Vila-Matas. Para
quitarse el sombrero. Cierra la conferencia citando las últimas palabras de
Miguel de Cervantes, publicadas en la dedicatoria de su obra póstuma Los
trabajos de Perfiles y Sigismunda:
“Puesto ya el pie en el estribo, con las ansias de la
muerte, gran señor, ésta te escribo.
Ayer me dieron la extremaunción y hoy escribo ésta; el
tiempo es breve, las ansias crecen, las esperanzas menguan y, con todo esto,
llevo la vida sobre el deseo que tengo de vivir. (¡Adiós, gracias; adiós, donaires; adiós,
regocijados amigos! Que yo me voy muriendo y deseando veros presto contentos en
la otra vida)”.
Aplausos de los asistentes. La conferencia ha sido
impresionante, de mucho nivel. Vila Matas sale a la palestra para agradecer las
palabras de Miguel Ángel Hernández y de Fernando Castro Flórez. Anuncia que
mañana leerá su conferencia titulada “Teatro de variedades”.
Apoteósica conferencia, yo también quiero escribir sobre ella, pues también tomé notas.
ResponderEliminarSí que lo fue. Estaré pendiente de tu publicación.
EliminarUn saludo.